Se
han producido críticas científicamente, la falta de peso lógico de la supuesta
"memoria" del agua, que asegura que el agua de alguna forma
«recuerda» las propiedades químicas de las moléculas que alguna vez tuvieron
contacto con ella; insinuando que el agua "pura" que los propios
homeópatas utilizan, estuvo con anterioridad en contacto con otros componentes,
como residuos químicos, orina, metales radiactivos y venenos varios, que en
consecuencia tendrían que dejar recuerdo en el agua, según esta teoría. Son
datos que se recogen normalmente en cursos
homeopatia.
En
1988, un científico francés que ejercía en el instituto INSERM confirmó haber
descubierto, que las diluciones altas de sustancias en el agua dejaban una
memoria. Sus hallazgos se editaron en una revista científica, pero los
resultados eran poco fiables y el trabajo, había sido financiado por un
fabricante de medicamentos homeopáticos (Nature, 1988).
Las investigaciones a posteriori, incluidas
las de James Randi, descubrieron que aquella investigación se había definido de
una forma inapropiada. El escándalo tuvo su resultado, la suspensión del
científico por fraude premeditado. Esta historia es parte de la recopilación
que posee cabsalud en sus archivos.
También se ha señalado que las continuas
diluciones, no aumentan o disminuyen los efectos que la sustancia en cuestión
tiene, sino que de hecho no dejan más que agua, aniquilando completamente el
agente sanador. En este contesto, Jacques Benveniste en 1998, resumía por su importante descubrimiento en
homeopatía, que el agua no sólo tiene memoria, sino que su información se podía
transmitir a través de la Red
Telefónica y de Internet.