Los síntomas de la depresión, son la
tristeza patológica, la ausencia de interés y de poseer la capacidad de
disfrutar y una bajada del signo vital, que limita el nivel de actividad y
produce un cansancio de exageración, que asoma incluso tras realizar pequeños
esfuerzos.
También,
pueden llegar otras síntomatologías, como los sentimientos de culpabilidad o de
incapacidad, el estar irritable, el pesimismo ante el futuro, las ideas de
muerte o de suicidio, la nula confianza en uno mismo o en los demás, la
disminución de la concentración y la memoria, la intranquilidad, los trastornos
del sueño y la disminución del apetito y de la libido, entre otros muchos. Llegados
a este punto, lo recomendable es un especialista en la materia, como
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que estudie nustro caso concreto y nos saque de esa terrible preocupación.
*La depresión mayor, tiene el origen más biológico o endógeno,
con una mayor composición genética y menor influencia de factores externos.
Puede aparecer de forma recurrente y, en algunos casos, tendrá una cierta
relación con la estación del año. Aunque siempre fue una excelente solución la psicología, existen sistemas que no
tienen caducidad.
*Por contra, tenemos la depresión reactiva, ocasionada por una
mala adaptación a circunstancias del ambiente estresante.
*La distimia, antiguamente llamada neurosis depresiva, que se
caracteriza por un cuadro depresivo, de intensidad inferior a los anteriores,
de evolución crónica (más de dos años), sin periodos asintomáticos y con
sentimientos de incapacidad y somatizaciones. El último modo de depresión es
posible que guarde una relación más estrecha con la forma de ser y con el
estrés prolongado.
Existe
un tipo de depresión llamada enmascarada, que en lugar de manifestarse con los
síntomas ya descritos, aparece como molestias orgánicas -somatizaciones- o
cambios en la conducta.