viernes, 4 de julio de 2014

Estilo de un fotografo de bodas

Cada vez, son más los fotógrafos indignados, ante el caótico nivel de los reportajes que realizan muchos colegas. Algo que provoca además el hartazgo de sus clientes. Veremos tres maneras de enfocar un reportaje de bodas que pueda ser de interés.


Inspiración en el fotoperiodismo. 

Cada vez son más numerosos, los que hacen reportajes de bodas como si se tratase de un proyecto periodístico. Dentro de esa corriente en nuestro país destaca Alberto Ballbé. Las fotos, siempre las realiza como norma en blanco y negro que recuerda a los iniciadores de la mítica Agencia Magnum, son fotos que huyen de lo cursi.


Documentales con aire de ‘making off’.
 Aún existe algo más terrible, que un álbum de boda desastroso: un vídeo de boda igual. En la productora Feel and Film intentan no ocultar nada de lo que ocurre y exponen con un estilo documental todo lo que rodea al enlace. Un buen ejemplo, fue un trabajo en el que una pareja de recién casados tropezó con la sorpresa de toparse con una manifestación de indignados en plena ceremonia. En lugar de darles la espalda a los que se manifestaban, decidieron integrarlos en el montaje.


Un tratamiento artístico.
Son poquísimos, los que tienen la capacidad de hacer algo de verdad interesante, mezclando los símbolos boda y arte. Pues el fotografo estadounidense Sean Flanigan es uno de ellos. Sus reportajes se diferencian, por una utilización inteligente del blanco y negro, en el que predominan los grises medios; realiza un tratamiento muy personal del color, escapa de los tonos chillones; usa encuadres que se salen de lo normal; y es capaz de hacer cosas, como convertir una escena en la que la luz juega en su contra, en algo realmente de interés.