viernes, 3 de octubre de 2014

Tipos de amortiguadores en los talleres de automoviles



En estos momentos, existen varios tipos de amortiguadores en el mercado para vehículos, en donde cada uno de ellos tiene una función específica.

Te comentamos uno a uno los distintos amortiguadores y sus características:

Hidráulicos: constan de un pistón metido en un cilindro en el que existe aceite. Diferentes orificios dejan el paso del aceite de una parte a otra del pistón. Su ventaja es la sencillez, la inexistencia de mantenimiento en los talleres y su capacidad para dotar de mayor amortiguación, cuanto mayor es la presión.

Hidráulicos con válvulas: en vez de agujeros, el pistón lleva una serie de válvulas que dejan el paso del aceite con una determinada presión. Nos dan un comportamiento algo más suave y eficaz.

Doble tubo: son los más incorporados actualmente. Se dividen en presurizados (aceite) y no presurizados (aceite y gas). El pistón y el cilindro están en el interior de una cámara más grande. El aceite circula por el cilindro a través del pistón y también a la segunda cámara, por medio de una válvula colocada entre ambas.

Monotubo: consta de doble cámara, una con aceite y la otra con gas. Entre las dos existe un pistón flotante. El volumen de la cámara varía, dependiendo de la compresión que sobre el gas ejerzan las fuerzas que actúan sobre el pistón.

Frecuencia selectiva: añade un segundo conducto en el interior del mismo pistón, separado por una válvula que se cierra al entrar más presión, endureciendo la suspensión en los momentos precisos.

Reológico: el aceite tiene partículas de metal. Al aplicar una corriente magnética, este fluido se torna más espeso endureciendo la suspensión. Es un híbrido entre sistemas mecánicos y electrónicos, al precisar de sensores que detecten las necesidades de amortiguación en cada instante.

Regulables en dureza: una rosca nos deja ampliar o reducir, el diámetro del orificio por el que se traslada el aceite, consiguiendo más o menos dureza, a gusto del usuario.

Regulables en suspensión: para tener una mayor o menor distancia, de la carrocería del vehículo al suelo.