Existen barcos,
sobre todo diseños nórdicos, que cuentan en su plano vélico con un tipo de vela
de proa. El Fortuna 9, montaba de origen esta vela, aunque muchos de los
propietarios de estos veleros adoptan genoas al 150 % para hacer andar al barco
con ventolinas.
Para la navegación en solitario, seguramente, es una vela muy fácil de manejar. Una vez cazada, debemos ir enlazando bordos, sin más preocupación por ella. De otro lado, hablamos de una vela estrecha y con mucho ataque, por consiguiente muy ceñidora y a la que se puede encontrar mucho provecho.
En los barcos de más de40 pies ,
donde efectuar cambios de vela a proa no es aconsejable, poseer un enrollador
de genoa y una vela de trinqueta con o sin estay volante, me sugiere la mejor
configuración de plano vélico. La trinqueta posee las cualidades de ser
manejable, baja el centro y nos deja la concentración y el ahorro de
excursiones hasta la proa. En muchos casos podrá ser una vela de garruchos o además
enrollable.
En el momento que arriamos un genoa sobre cubierta y lo dejamos ahí, tenemos que asegurarnos de que queda bien sujeto y no exista posibilidad de que se caiga al agua. Para ello tendremos montado un sistema de tomadores o snadows para dar firmeza a la vela.
En valenciacorporatesail.com te aconsejamos guardar la vela contra la cubierta y no contra los guardamancebos.
Para la navegación en solitario, seguramente, es una vela muy fácil de manejar. Una vez cazada, debemos ir enlazando bordos, sin más preocupación por ella. De otro lado, hablamos de una vela estrecha y con mucho ataque, por consiguiente muy ceñidora y a la que se puede encontrar mucho provecho.
En los barcos de más de
En el momento que arriamos un genoa sobre cubierta y lo dejamos ahí, tenemos que asegurarnos de que queda bien sujeto y no exista posibilidad de que se caiga al agua. Para ello tendremos montado un sistema de tomadores o snadows para dar firmeza a la vela.
En valenciacorporatesail.com te aconsejamos guardar la vela contra la cubierta y no contra los guardamancebos.
En la Mare Nostrum del año 93, el Sensat, un Centurion
40, en el ultimo tramo de la regata desde Ibiza hasta Mataró, le tocó hacer
frente a un fuerte poniente contra en balcón de proa y los candeleros, estos terminaron
doblados en su totalidad y casi pierden la vela. La conclusión, es que si se
prevé muy malas condiciones climatológicas, se deben meter las velas que sobren,
dentro del barco.