La tasación hipotecaria es
un trámite obligatorio además de esencial y su costo puede estar sobre los 250
euros de media.
El mundo inmobiliario, padece
el peor embate de su historia. La crisis ha colocado seriamente con la cuerda
al cuello, al sector de la construcción. Ante este triste panorama
la tasación de las viviendas (valoración de inmuebles, como se le llama
técnicamente) está en los momentos más bajos.
Un sector en horas bajas
El frenazo de la
actividad inmobiliaria, ha afectado a las cuentas de las empresas de
tasación de viviendas, así lo corrobora el presidente de la patronal Atasa y
director general de la sociedad de tasación Tinsa. En 2008, las sociedades de
tasación bajaron sus ingresos un 21,5% hasta los 433 millones de euros, el
nivel más bajo desde 2004. Esta bajada refleja una caída del 27% en la cantidad
de tasaciones, hasta 1,1 millones de operaciones, las peores cifras desde 2001.
Esa caída, está en consonancia a los retrocesos habidos por las transacciones
inmobiliarias, que el año pasado cayeron un 34%, y está obligando a estas
compañías a rebajar sus tarifas.
Las tasaciones
inmobiliarias, obligatorias para todo aquel que quiera adquirir un inmueble mediante
hipotecas y recomendables, para
quien necesite vender o vaya a heredar, son la base a la hora de
adquirir una vivienda, ya que del informe firmado por el tasador, dependerá el
montante que el banco preste para financiar la adquisición. La entidad constata
de esta manera, que el crédito no superará el valor de la vivienda.
Pero las personas que se
subrogan en un préstamo hipotecario, quedan exentas de la obligatoriedad de
tasar la vivienda. Tampoco es precisa, cuando la cantidad solicitada al banco
es inferior -a criterio de la entidad financiera- al valor del inmueble. En
este instante, los expertos recomendamos negociar con el banco o caja, la
posibilidad de anular la tasación o que ésta sea a cargo de la entidad
financiera.