Si hay un complemento de
la moda masculina, que está expuesto
en todo instante a la vista de todos ese es la corbata. Siempre y en toda
circunstancia se ha mantenido que los zapatos son la prenda más esencial del
guardarropa del caballero. Desde ahí, se podría comprender que cada uno de
ellos, de nosotros, estableciera una segunda prioridad. Lo que para mí podría
ser un combinado pocket square, para otro podría ser una buena camisa o bien
una corbata. Más lo que está claro es que la corbata estaría entre los
escogidos.
Es bien difícil establecer el origen de la corbata, puesto que esta ha pasado por una evolución bastante esencial. Quizá su ancestro más lejano sea el pañuelo que se ataban los señores en el S. II d.C. Más este no ha sido el único precursor de la corbata moderna. En el S.XVII, las corbatas de género de encaje eran un signo de distinción siendo de un costo exorbitante para aquellos tiempos (veinte libras; lo que el día de hoy serían más o menos 10.000€).
El predececesor que más ha influido en la
corbata que ha llegado a nuestros tiempos ha sido la “bandanna”; un tipo de
pañuelo que se vestía alrededor del cuello y se ataba con un nudo. En el S.
XIX, Beau popularizó esta clase de corbata en toda la sociedad Británica. Ya en
el año 1.880, la corbata adquiere una forma más cercana a la que el día de hoy
conocemos como tal. El enorme cambio se genera por la costumbre de los
estudiantes del Oxford´s University Exeter College, de atarse al cuello las
cintas de los sombreros de paja con un nudo alrededor del cuello. Desde
entonces, los sastres de la temporada comenzaron a coser corbatas con franjas
diferenciadores para cada instituto.
La corbata se ha
empleado a lo largo de muchos años para distinguir regimientos, institutos,
clubs, universidades. Para lograr este fin las líneas siempre y en todo momento
han sido un perfecto aliado. Las corbatas estampadas deben su existencia a las
Macclesfield ties. Macclesfield es la urbe del noroeste de Inglaterra en la que
se trabajaba, y aun el día de hoy se prosigue haciendo, la seda procedente de la India y de China.
La manera de elaborar la corbatas, cortándolas en el sentido de la tela y forrándolas con una sobre-tela se comienza a trabajar en 1.924. Esto implicaba la capacitación de arrugas sobre todo a la altura del nudo. Para eludir esto, Jesse Langsdorf decidió recortar la tela en un ángulo de cuarenta y cinco grados y elaborar la corbata juntado tres trozos de tela, para entonces unirlos. Desde ese momento esta es la manera de confeccionar las corbatas.
La manera de elaborar la corbatas, cortándolas en el sentido de la tela y forrándolas con una sobre-tela se comienza a trabajar en 1.924. Esto implicaba la capacitación de arrugas sobre todo a la altura del nudo. Para eludir esto, Jesse Langsdorf decidió recortar la tela en un ángulo de cuarenta y cinco grados y elaborar la corbata juntado tres trozos de tela, para entonces unirlos. Desde ese momento esta es la manera de confeccionar las corbatas.
El termino Macclesfield
se utiliza a día de hoy, para llamar tanto a las corbatas que han sido cosidas
en esta población inglesa, como para aquellas hechas con un determinado tipo de
seda, caracterizado por sus dibujos pequeños y por generalmente de color
blanco y negro o bien negro y plata.
Estas son consideradas por el protocolo más
riguroso, la corbata por antonomasia para ser vestida por el novio. Otra
denominación general es la que se utiliza para nombrar a las corbatas tipo
Spitalsfield. Las Spitalsfield son las corbatas del Este de la ciudad de
Londres que se distinguen por tener un dibujo y un diseño más grande que las
Macclesfield. En el momento de combinar una corbata hay que tener en
consideración eminentemente el color y el dibujo, ver la pagina web.
El tejido de la corbata,
en el momento de compatibilizarlo con el resto del conjunto no es tan esencial.
Sin embargo, no debemos olvidar algo que parecerá obvio. Por servirnos de un
ejemplo, las corbatas de lana habiendo sido confeccionadas para ser vestidas en invierno,
habrán de ser combinadas con colores propios de esa estación. Del mismo modo,
no hay que olvidar que su lugar natural es el campo y no la urbe. Una corbata
de lana siempre y en todo momento va a quedar mejor con un traje de tweed y con
una camisa tipoTattersall, que con un traje diplomático. Mas dejando a un lado
esta pequeña observación debemos procurar prestar más atención al color y al
género de dibujo de nuestra corbata.