Hace no hace tanto estaba
claro qué los muebles de segunda mano
no eran valiosos, tan solo sencillamente prácticos y los cuáles no valían nada.
Los de maderas nobles (caoba, nogal, roble…) se consideran muebles de valor,
como los que tienen más de 100 años o bien son de ciertos estilos, como el
modernismo o bien el art déco. Mas en la actualidad la cosa ha cambiado: algunos
muebles que hace diez años nos parecían una birria son objeto de deseo,
considerados joyas del diseño de los sesenta, setenta y ochenta. ¿De qué forma
podemos saber en qué momento los muebles de segunda mano valen la
pena? Y lo más esencial, ¿dónde podemos hallar muebles vintage a buen coste?
Unas joyas recién descubiertas
Seguro que todos recordáis esas mesas de T.V.,
aparadores e inclusive dormitorios enteros que hicieron fervor allí por los
sesenta y los setenta. Confeccionados con aglomerado chapado (el sapelli era la
estrella) y barnizados con un acabado cristalizado llamado poliester a prueba
de bombas, estaban presentes en todas y cada una de las casas de este país.
Más tarde pasaron de
tendencia y acabaron en los contenedores; el día de hoy se han vuelto a
recobrar, y en zonas de la capital española o bien los Encantes de Barcelona
alcanzan costos astronómicos. Estos muebles merecen la pena: si podéis
adquirirlos a buen costo, no os lo penséis. Siempre y en toda circunstancia se
pueden reciclar con un acabado mint, dorado o bien plateado, forrándolos con
vinilo o bien cinta washi… Con estupendos resultados.
¿Dónde los encuentro?
¿Dónde los encuentro?
Lo mejor es separarse un tanto de las zonas más
turísticas, como las ya antes citadas, donde los costes siempre y en toda
circunstancia se inflan… Y visitar la periferia. Los indicios de segunda mano,
regentados por organizaciones beneficiosas, acumulan verdaderas maravillas a
costos de saldo. Hallaréis muebles por veinte, treinta, cincuenta euros… Y
sillas desparejadas desde solo diez euros. Las plataformas online son asimismo
un hervidero de “tesoros”, que además de esto podéis filtrar por ciudades o
bien provincias.
Y un
consejo: procurad no ver los muebles como están. Pensad de qué forma podrían
quedar con una mano de pintura en blanco decapado, un nuevo tapizado (por poner
un ejemplo en tela de saco), tiradores más modernos… Y os sorprenderéis.