Como se ha dicho, en las hipotecas baratas el interés variable
es un porcentaje auxiliar sobre el Euribor del instante. Pongamos que nos
plantean una hipoteca Euribor + 1 por ciento y el índice está en el 0,5 por
ciento, quiere decir que vamos a pagar el 1,5 por ciento en intereses. Mas este
porcentaje cambiará conforme se mueva este índice, que en los peores instantes
de la crisis llegó a situarse en el 5,393 por ciento , con lo que en nuestro
caso aumentaría a un 6,4 por ciento de la deuda. Es una gran ocasión en estos
instantes en que está al 0,058 por ciento y lo seguirá siendo hasta finales de todo
el año.
Desde entonces se espera el rebote y
una escalada progresiva que puede llegar a dos o bien más puntos: pasaríamos de
abonar un variable del 1 por ciento en nuestro caso, al 3 por ciento o bien el 4
por ciento . Por ende, apostar por el interés variable supone peligros y hay
que estar financieramente dispuesto para aguantar la futura subida. Si tenemos
un buen salario estable y prevemos que va a subir en los años futuros, podemos
meternos a variable.
De lo contrario, lo nuestro es el interés fijo, que está sujeto a las condiciones acordadas con el banco y no cambiará dependiendo del Euribor. Hasta el momento los bancos eran reluctantes a las hipotecas a fijo y ponían intereses muy elevados, más la guerra comercial y la caída del índice, provoca que apuesten por esta modalidad que asimismo a ellos les da seguridad. Por tal motivo, se hallan hipotecas baratas con un interés fijo que en algunos casos de elevada solvencia, llega a ser del 2 por ciento de la deuda.
De lo contrario, lo nuestro es el interés fijo, que está sujeto a las condiciones acordadas con el banco y no cambiará dependiendo del Euribor. Hasta el momento los bancos eran reluctantes a las hipotecas a fijo y ponían intereses muy elevados, más la guerra comercial y la caída del índice, provoca que apuesten por esta modalidad que asimismo a ellos les da seguridad. Por tal motivo, se hallan hipotecas baratas con un interés fijo que en algunos casos de elevada solvencia, llega a ser del 2 por ciento de la deuda.
De media, de todas formas, puede
situarse el día de hoy entre el 3 por ciento y el 4 por ciento El beneficio, es
que podemos organizar el pago conforme nuestras circunstancias y sin
sobresaltos. Además de esto, si aumenta el coste del dinero y el índice de costes
al consumo, se puede suponer que nuestro salario asimismo lo va a hacer y por
lo tanto con el tiempo vamos a pasar a abonar menos.
Fuente: ferco gestion