lunes, 23 de septiembre de 2019

Conocer a nuestro caballo en un CENTRO ECUESTRE EN VALENCIA


En anteriores artículos del centro ecuestre en Valencia, hablamos de qué manera amoldar el adiestramiento del caballo a la morfología de parte de su cuerpo: el reverso, y el conjunto de unas partes del caballo que se ven comprometidas en su trabajo.


Hoy te quiero hablar del esqueleto del caballo PRE (Pura Raza Española), es esencial conocerlo un poco mejor, por el hecho de que es el sostén de la musculatura y el resto de órganos que forman un caballo.


Un PRE tiene exactamente el mismo número de huesos que cualquier otra raza de caballos, más lo que le diferencia de otras razas, es la angulación de sus articulaciones, sobre todo en las extremidades.


Peculiaridades del esqueleto del caballo PRE:
El tamaño de sus cervicales, dan al PRE un gran cuello de longitud media, levemente arqueado.
Tiene los hombros anchos y fuertes de menor inclinación que otras razas, las apófisis espinosas que forman la cruz son menos pronunciadas que los caballos con sangre inglesa.


Espaldas largas y algo oblicuas, costillas largas y arqueadas con un pecho tendiendo  a ser ancho.
En los siguientes, la angulación de la cadera forma una grupa redonda y baja, las articulaciones que forman las nalgas están levemente arqueadas y las tibias son largas, los huesos del corvejón anchos y con angulación media, los huesos de las cañas traseras son largos.


Los huesos de las cañas de los miembros precedentes, son proporcionados ni largos ni cortos, más los de los antebrazos tienden a ser más largos que en otros caballos de silla, articulación de rodilla muy desarrollada, tiene la articulación del menudillo muy señalada y las cuartillas de las dos extremidades, proporcionadas, ni largas ni cortas.


Estas peculiaridades, al lado de un reverso algo hundido y no larguísimo más ancho y arqueado, bien unido a la grupa, generan en el movimiento del PRE las peculiaridades elevaciones de sus extremidades y el ademán del cuello erguido y cabeza alta.


Los músculos, son verdaderamente los responsables del movimiento del caballo, estos crean fuerza que es aplicada al hueso por los ligamentos, más la angulación y el tamaño de los huesos y sus articulaciones dan las peculiaridades al movimiento de cada ejemplar.
Un esqueleto fuerte y desarrollado en inmejorables condiciones, da el soporte conveniente y evita el desgaste articular prematuro tan indeseado para la vida deportiva.
El esqueleto del caballo, madura desde el instante de su nacimiento hasta el momento en que el caballo cumple los 8 años de edad.


El esqueleto está formado por placas de desarrollo, que maduran cuando el cartílago que las forma se transforma en hueso.
El esqueleto del PRE, madura 6 meses después que el de otras razas, de ahí que un ejemplar no va a estar prácticamente maduro hasta los 6 años, si bien su esqueleto no se cerrará completamente hasta el momento en que cumpla los 8 años.


Los huesos que forman las puntas de la nalga y la cadera, suelen madurar entre los cinco años y medio y los seis, la columna vertebral sobre los siete años y los corvejones sobre los cinco.

  

 

En el centro ecuestre en Valencia, conseguirás los conocimientos reales de lo que es un caballo

 

 


La nutrición y el manejo cuando son potros, influye mucho en su desarrollo y maduración muscular esquelética, no crece igual un caballo criado en libertad que uno estabulado, no se desarrolla igual un caballo que no se nutrió bien que uno que no le faltó comida.


Así mismo, las potrancas maduran seis meses antes que los caballos, cuanto más grande es un caballo más tarda en madurar su esqueleto.
El PRE deja de crecer a lo alto sobre los cinco años y medio.
El cuello y su columna vertebral, tardaran otros tres años más en lograr la madurez conveniente para aguantar los sacrificios que demanda el deporte.


Con lo que tenemos, un ejemplar maduro sobre los ocho años de vida.
Un caballo, que de potro trabaja en demasía, padecerá dolor en las articulaciones y cojeras.
Un caballo que empieza su adiestramiento muy temprano, padecerá exactamente las mismas consecuencias.
Un caballo que empieza a sufrir cojeras y dolores en sus extremidades cuando todavía no es adulto, no va a poder tener una vida deportiva ni llegará sano a la madurez.


En el momento, en que un caballo empieza a ser montado, la libertad y ligereza en sus movimientos se limita, el movimiento que veíamos en libertad, siendo montado puede cambiar, esto es debido a la compensación que el caballo aprende cuando lleva un caballista encima.
Si el caballo continua con una capacitación conveniente, con el tiempo recuperará su gracia bajo la silla y sus movimientos mejoraran, pues no hemos influido de forma negativa en su desarrollo.


En el proceso de entrenamiento en el centro ecuestre en Valencia, cambia el equilibrio del caballo y este aprende a compensarse con el caballista encima, hasta el momento en que es suficientemente fuerte para trabajar en conjunto, entonces el peso del caballista no influye para la ligereza y elevación en los movimientos del caballo, este proceso puede durar muchos años y manifiesta el éxito del adiestramiento del caballo.


Los consejos
Hasta los 5 años, debemos trabajar más días pie a tierra que montados, podemos darle cuerda, que lo va a poner más musculoso y trabajar con bridas largas, de este modo va a aprender a virar y parar sin caballista y lo va a hacer más confiado, pues pie a tierra se crea mayor confianza al principio del entrenamiento.


Montados, no nos sobrepasaremos en el tiempo de trabajo, si con un caballo maduro trabajamos una hora, con un potro la mitad va a ser suficiente.
Dos días, podemos trabajarlo al aire libre, dando un paseo por el campo, esto es muy ventajoso a fin de que aprenda a pasear fuera de la pista y así mismo relaja su mente.